Política | Milei encabezó el acto por el 80 aniversario de la liberación del campo de exterminio Auschwitz. Calificó al Holocausto como uno de los horrores más grande de la humanidad, y advirtió: “ojo con los que de forma banal revolean categorizaciones de nazi a cualquiera”.
El Presidente, Javier Milei participó este lunes al mediodía de un acto por el Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto, realizado en la sede del Museo del Holocausto, ubicado en Buenos Aires.
Luego de calificar al Holocausto como uno de los horrores más grande de la humanidad, el mandatario expuso un mensaje que pareció estar dirigido a quienes lo criticaron en los últimos días por su discurso en el Foro de Davos: “ojo con los que de forma banal revolean categorizaciones de nazi a cualquiera”.
“Hoy, lamentablemente, el mundo vive una situación con mayores similitudes con lo que ocurrió previo al Holocausto. Eso nos demuestra con cada ataque que el antisemitismo está más vigente que nunca, lo que nos obliga a no claudicar con nuestra lucha. El enemigo puede cambiar de estandarte, pero su miserable causa persiste”, expresó el Presidente.
Y sumó: “Tenemos la obligación y la responsabilidad de no cometer los mismos errores que cometieron los líderes del pasado. Alzar la voz en contra de la intolerancia es un deber. Vamos a triunfar y nos vamos a a imponer sobre el mal”.
Milei aprovechó para agradecerle al flamante presidente de Estados Unidos por el “compromiso de cargarse al hombro” las negociaciones con Hamas para que los rehenes retenidos en la Franja de Gaza desde el 7 de octubre de 2023 entre los que se encuentran nueve argentinos “puedan volver a casa”.
“Muchos líderes no levantaron la voz cuando la masacre ocurría delante de sus narices, y con su silencio se volvieron, de alguna forma, cómplices de la tragedia. El silencio de los buenos permite la barbarie de los malos”, dijo.
Finalmente, cerró su exposición en el Museo del Holocausto tras analizar que las tragedias del pasado y del presente tienen un “hilo conductor” que busca “oponerse al mundo libre” y en lo que pareció ser un gesto de respeto ante la formalidad del evento terminó con su tradicional arenga de “¡Viva la libertad!”, pero sin la palabra “carajo”.