Policiales | Una masiva redada en las favelas de Alemão y Penha contra el Comando Vermelho provocó enfrentamientos armados, propios de un territorio en guerra. El basavilbasense Marcelo Caballero, radicado en la ciudad, relató a FM RIEL que “Río parece una zona de guerra”.
La ciudad de Río de Janeiro amaneció este martes en medio de una ola de violencia sin precedentes.
En un megaoperativo de la Policía Civil contra el Comando Vermelho, una de las organizaciones criminales más poderosas de Brasil, helicópteros, blindados y drones irrumpieron en los complejos de Alemão y Penha, dos de las mayores favelas del Norte carioca.
La redada, considerada la más violenta en la historia reciente de la ciudad, dejó un saldo de más de cien muertos, entre ellos varios efectivos policiales, y más de un centenar de detenidos.
Las imágenes difundidas por medios locales y redes sociales mostraron intensos tiroteos, barricadas ardiendo, autobuses cruzados en las avenidas y a miles de vecinos que quedaron atrapados en medio del fuego cruzado.
En diálogo con FM RIEL, el Dr. Marcelo Caballero, un basavilbasense radicado en Río de Janeiro, describió la dramática situación con crudeza: “Esto es una verdadera zona de guerra. En Río uno se acostumbra a convivir con la violencia, pero esto superó todo. Nunca vi algo así, ni siquiera en los años más duros del narcotráfico”, relató.
Caballero explicó que los barrios de Penha y Alemão permanecen bajo fuerte presencia policial, mientras que en el resto de la ciudad “predomina el temor y la sorpresa”.
El operativo tuvo como objetivo desmantelar la estructura del Comando Vermelho, una organización nacida en la década del ’70 dentro del sistema penitenciario brasileño y que hoy controla gran parte del tráfico de drogas y armas en Río de Janeiro.
Sin embargo, la intervención dejó al descubierto fuertes tensiones entre las autoridades locales y el Gobierno federal, que se acusan mutuamente por la falta de coordinación y planificación de la ofensiva.
Mientras tanto, la población carioca vive en la incertidumbre y el miedo, sin saber cuánto más durará esta guerra urbana que sacudió a la “Cidade Maravilhosa”.
El testimonio del basavilbasense pone rostro humano a una tragedia que vuelve a abrir el debate sobre seguridad, desigualdad y violencia estructural en Brasil, en una ciudad que, entre el brillo del turismo y las playas, convive desde hace décadas con una realidad marcada por el conflicto armado y la exclusión social.