Sociedad | El Papa autorizó la promulgación de los decretos relativos a la próxima beatificación de nueve seminaristas, un sacerdote y un laico, mártires durante la guerra civil española del siglo pasado, y de un padre de familia argentino, Enrique Ernesto Shaw, empresario, comprometido en diversas obras eclesiales.
Este 18 de diciembre, el Papa León XIV ha autorizado la promulgación de los decretos relativos a 12 nuevos beatos. De ellos, 11 fueron mártires durante la guerra civil española de los años treinta del siglo pasado: 9 seminaristas, un sacerdote diocesano y un laico, junto a un padre de familia, Enrique Ernesto Shaw, empresario argentino fallecido en 1962.
También se han reconocido como nuevos venerables a tres figuras: dos italianos, fray Berardo Atonna y sor Domenica Caterina dello Spirito Santo, y el sacerdote Joseph Panjikaran, de India, a quienes se les han reconocido virtudes heroicas.
Los mártires españoles
Los once mártires españoles fueron asesinados entre 1936 y 1937 durante la violenta persecución anticristiana de aquel periodo en España, en las actuales diócesis de Madrid, Getafe y Alcalá de Henares. El seminarista Ignacio Aláez Vaquero, detenido por no alistarse en el ejército y preferir estudiar para ser sacerdote, fue asesinado junto con su padre el 9 de noviembre de 1936.
Junto a él, fueron reconocidos mártires:
Todos ellos fueron asesinados por odio a la fe. Su martirio se inscribe en el clima anticatólico de aquellos años en España. Una amplia documentación demuestra la clara disposición de los seminaristas a dar la vida por Dios, conscientes del odio anticristiano desatado contra los miembros de la Iglesia. Al permanecer cerca de sus familias y amigos, sin esconderse, a pesar del peligro, su fama de martirio se difundió rápidamente y perdura hasta hoy.
Enrique Shaw, un empresario con sangre obrera
Llamado a trabajar en la empresa familiar, Shaw se comprometió a aplicar en el mundo empresarial los principios de la Doctrina Social de la Iglesia, estableciendo una relación fraternal de colaboración con todos sus trabajadores. Se casó con Cecilia Bunge, con quien tuvo nueve hijos. Además, se unió a Acción Católica y al Movimiento Familiar Cristiano, promoviendo varias otras asociaciones relacionadas con el mundo del trabajo y publicando conferencias, artículos y ensayos. En 1961, fue nombrado presidente de los Hombres de Acción Católica.
Murió de cáncer el 27 de agosto de 1961. A su intercesión se debe la curación milagrosa de un niño de cinco años, golpeado en la nuca por la coz de un caballo en una granja cerca de Buenos Aires el 21 de junio de 2015. El niño sufrió graves daños craneales y cerebrales y fue sometido a varias intervenciones quirúrgicas. El 15 de julio, para sorpresa de los médicos, se comprobó que el sistema ventricular había vuelto a su tamaño normal. En 2019, el niño fue examinado por dos peritos que lo encontraron en buen estado de salud, sin secuelas neurológicas importantes. Hoy en día, lleva una vida normal.