FÚTBOL | Ocurrió después de casi cuatro años River, el conjunto dirigido por Diego "Cholo" Simeone, que venció a Olimpo de Bahía Blanca por 2-1 y, como Estudiantes de La Plata no pudo sumar los tres puntos ante Colón, se quedó con el título del torneo Clausura de primera división. Ortega, el símbolo del plantel, se retiró ovacionado en el Monumental cuando faltaban diez minutos.
Los "millonarios" son nuevamente campeón, pero a lo lardo del semenstre fueron una constante sus altibajos en un irregular torneo. Por ejemplo, un equipo como Racing que ganó sólo dos partidos no merece seguir en Primera, pero hoy en día lo está logrando. Por el lado de River, la fría estadística marca que ganó 11 partidos, con cuatro empates y dos derrotas. Una campaña que normalmente le permite a cualquier club ser campeón. Entonces, ¿dónde están los méritos de River?
En el comienzo empezó a jugar a dos puntas con el torneo local y la Libertadores. Los resultados no eran los esperados, pese a mantenerse expectante en el Clausura y con chances en la Copa. El primer partido fue ante los jujeños. Debut y victoria esperada para los de Simeone como locales por 2 a 0. Y ahí empezaba todo...
Para la segunda jornada tocó visitar a Newell´s, un equipo que peleaba por no quedar comprometido por los Promedios logró sacarle un empate a un River plagado de figuras.
Llegó uno de los encuentros más esperados por los hinchas. Llegaba el San Lorenzo de Ramón Díaz, que también apostaba a la Libertadores, pero que sin embargo le ponía lo mejor que tenía a los “millonarios”. Con tantos de Falcao y Abelairas, River lograba quedarse con un triunfo que prometía mucho. La semana siguiente fue victoria, también como local, ante San Martín, que ya penaba con el descenso.
La quinta y sexta fecha no fueron nada buenas para los de Simeone. Dos empates en fila, y sin goles, ante Estudiantes y Racing lo alejaban de la punta, pero lo mantenía con esperanzas. Para este momento también peleaba por no quedarse fuera de la Copa Libertadores, y así se termina entendiendo este pequeño bajón.
Para levantarse llegaron dos muy buenas victorias. Primero como visitante ante un candidato al título como Vélez y luego como local ante un Arsenal que apostaba a la Libertadores. Siguieron los éxitos y la punta iba quedando en su poder. Victorias ante Lanús, en La Fortaleza, y ante Tigre en el Monumental lo dejaban bien consolidado entre los punteros.
Contra Central, en la 11° fecha llegó la primera derrota de los de Simeone. Fue por 2 a 1, en un encuentro vibrante jugado en Arroyito. Luego se recuperaría ante Argentinos, con un contundente 4 a 2, en Núñez.
Llegó el Superclásico y la derrota dolió mucho. River no había jugador mal, Boca no había sido muy superior, pero sin embargo, el gol de Battaglia dejaba a los “millonarios” con dos malas noticias en una semana. Se había quedado afuera de la Copa, a manos de San Lorenzo y encima perdía el partido más importante del semestre y para seguir sumando problemas, dejaba la punta a tiro de cualquiera.
Pero se recuperó a tiempo. Gimnasia (LP) lo podría haber complicado, pero sobre el final lo batió por 4 a 2 y recuperaba el envión para ser campeón.
Llegaría un amargo empate ante Independiente como local por 0 a 0 y una victoria clave ante Huracán, luego de sufrir mucho y hasta merecer perder. A partir de allí tomó la punta y no la soltó por nada, ni por nadie.
Otro resultado clave fue la victoria en Santa Fe. Ante un deslucido Colón que peleaba por descender, confirmó su favoritismo al título y se trajo un 2 a 1 en el momento más importante.
Para finalizar, salió a jugar ante Olimpo, sabiendo que un triunfo y un traspié de Estudiantes podía darle la gloria en el Monumental. Así fue, apoyado en un gigante Buonanotte, ganó y el festejo se desató.
Así fue la campaña de un River que comenzó pensando en conquistar América y se tuvo que conformar con el torneo local. Pese a los golpes, y fuertes si lo fueron, se levantó y justificó su 33° campeonato.