Sábado 24 de Noviembre de 2018, 23:51

El partido River vs. Boca postergado!

Fútbol | La superfinal de la Copa Libertadores entre River y Boca se suspendió a raíz de los graves incidentes ocurridos antes del encuentro.


A las 15 cuando el micro de Boca se dirigía al Monumental fue atacado a piedrazos. Hubo jugadores de Boca heridos, el que peor la pasó fue Pablo Pérez, con un astilla en el ojo izquierdo y un corte en el brazo izquierdo, fue el más comprometido y debió ser trasladado al Sanatorio Otamendi. También resultaron afectados por el ataque, los juveniles Agustín Almendra y Gonzalo Lamardo lo acompañaron. Instantes después se instaló la primera versión que hablaba sobre una posible suspensión. Y se armó la primera reunión de urgencia entre Daniel Angelici, Rodolfo D'Onofrio y Alejandro Domínguez, presidentes de Boca, River y la Conmebol, respectivamente. La postura de Boca era clara: no jugar. La Conmebol, impulsada por la FIFA, presionaba en sentido contrario: quería la final sí o sí. Entonces comenzaron las reprogramaciones: primero para las 18, luego para las 19:15 y finalmente para las 19:45. En el medio, Pablo Pérez fue trasladado a una clínica con una evidente herida en el ojo, testimoniada por el doctor Jorge Batista -médico de Boca- a través de su cuenta de Instagram. Se desataba entonces un nuevo cruce entre el club xeneize y la Conmebol, cuyos médicos emitieron un comunicado en el que sostenían que no habían podido constatar las lesiones del mediocampista de Boca. El partido, a nivel deportividad, ya había quedado en un comodísimo segundo plano. La locura gobernaba la escena. A las 19 el inicio del encuentro seguía entre signos de interrogación y entonces se desató una nueva serie de despropósitos: más incidentes en el acceso al Monumental y, al toque, se filtró que Pablo Pérez estaba dispuesto a jugar el partido. El capítulo final de los disturbios le dio el empujón que le faltaba a la decisión de suspender. Sin embargo, faltaba una escena más: Rodolfo D'Onofrio concedía una entrevista televisiva y tuvo que interrumpirla intempestivamente a raíz de nuevos incidentes en los pasillos del estadio. ¿El saldo? Cinco detenidos y 24 demorados a raíz de los desmanes. Y una decisión: jugar mañana a las 17. "Ninguno de los clubes quería jugar. Fue un acuerdo de caballeros. No estaban dadas las condiciones", afirmó Alejandro Domínguez -presidente de la Conmebol-.