Lunes 29 de Agosto de 2016, 10:27

Oertlin se quejó de la situación del campo

Política | El presidente de la Federación Entrerriana de Cooperativas (Fedeco), Edelmiro Oertlin afirmó que los pequeños y medianos productores pasan una difícil situación.

El gobierno nacional de Cambiemos trajo una ola de optimismo tras una década de kirchnerismo, pero a ocho meses de que asumió la nueva gestión nacional “la realidad es que no cambió mucho con respecto a lo que había”, dijo Oertlin, quien precisó que “con la devaluación poco se logró porque los insumos, por más que sus precios estaban basados en el dólar paralelo, subieron producto de una situación de desfasaje entre los costos de producción y lo que recibe el productor”. En ese marco el referente de Fedeco coincidió con el mensaje de algunos funcionarios y entidades que sostienen que hay crecer en escala pero apuntó que “si no hay rentabilidad no se puede aumentar la escala de producción”. Oertlin opinó “hay cosas que hay que corregir: el tema del financiamiento; que no hay una verdadera seguridad jurídica; que falta de rentabilidad en algunos sectores; que no hay energía suficiente; y se tiene que reformar el tema del ‘costo laboral’, que no es el sueldo que cobra el trabajador sino las cargas que le ponen al salario que no van a parar al bolsillo del laburante sino que van a parar al bolsillo de los gremios, que en otros países es mucho menor”. En ese sentido, argumentó que “si se toma un obrero, prácticamente, se le pagados dos sueldos y, encima, si se le abona el sueldo establecido por Ley no le alcanza para vivir, por lo que hay que ayudarlos con otras cosas, por lo que sería más conveniente pagarle mejor al empleado y que las cargas extra sueldo sean mucho más bajas; hay que reducir más de la mitad de lo que se paga, es decir, se debería abonar entre un 25 o un 30 por ciento de lo que hoy se paga de cargas”. El dirigente cooperativista consideró que avanzar en ese sentido “sería un golpe duro para los ‘gordos del gremialismo argentino’, por lo que hay que ver quién se anima a pagar el costo político de hacerlo”. Por otro lado, comentó que otra dificultad es el financiamiento, ya que detalló que “la parte crediticia es muy difícil y muy costosa, porque no hay créditos dirigidos y adaptados a los distintos costos y niveles de producción y a eso se suma que es muy complejo acceder, ya que el productor que no tiene respaldo suficiente no llega ni a la puerta de los bancos”. Con la nueva gestión nacional “se consiguieron líneas de crédito”, reconoció el referente, pero remarcó que “no son para el total del universo de productores, porque quien tiene carpeta y no está comprometida puede sacar un crédito por su cuenta pero hay que hacer cosas que antes no se hablaban, por ejemplo una hipoteca, y el que no tiene acceso bancario tiene que ir bajo la figura de otra institución (como las cooperativas), lo que reduce la capacidad crediticia de las cooperativas”. Pero no sólo son las dificultades técnicas las que complican el real acceso a los créditos, sino que las altas tasas son una variable negativa: “Los intereses 23 al 25 por ciento no son para que se genere una inversión, un crecimiento y desarrollo importante en la actividad de un productor, ya que al 25 por ciento de desarrollo se llega a los cuatro años con un 100 por ciento de recargo en el crédito y en el país no da la inflación en el producto que lo que cuesta en el banco”. Además, apreció que “faltan políticas de incentivo desde el Estado”, para estimular determinadas producciones y mejores rendimientos. Este complejo y desalentador escenario “hace que el arroz, la citricultura, el arándano, la nuez pecán y, también, otras economías que no son regionales, como la lechería, pasan momentos muy difíciles, donde el que más sufre en estas situaciones es el pequeño productor”, aseguró. Los políticos “hablan siempre de que el campo tiene que ser más eficiente pero jamás se habla de que el Estado debe comenzar a ser más eficiente”, advirtió el productor, quien aseguró que “si no se corrije la falencia del Estado no habrá forma de arreglar la situación”. Pragmático, el cooperativista ilustró la situación de Entre Ríos: “El sistema vial de Córdoba es sostenido por 700 trabajadores y se mejoran los caminos y se mantienen los existentes, mientras que en Entre Ríos hay 1.785 empleados más los contratados que se deben ocupar de una menor traza y los caminos están mal”. “Los caminos siguen estando en pésimas situaciones; hay muchas partes en las que Vialidad está, prácticamente, desaparecida, como en los Departamentos Nogoyá, Tala y Villaguay, es donde peor está la cosa y donde menos se hizo”, subrayó. Fuente: AIM.