Miércoles 29 de Junio de 2016, 03:37

Vecina hizo uso de la Banca Ciudadana

Sociedad | Una docente jubilada utilizó la "Banca del Pueblo" en el HCD para exponer sobre problemáticas que afectan a los jóvenes de la comunidad.


“Los adolescentes a los 16 años son capaces de razonar como un adulto, pero no tienen la madurez psicosocial necesaria para actuar como una persona mayor, según señala un estudio realizado en Estado Unidos. “Puede tomar decisiones meditadas, pero no son capaces de controlar su propios impulsos o de resistirse a la presión social o calcular los riesgos de cualquier decisión peligrosa”, explica Laurence Steinblerga (Profesor de Psicología). En situaciones impulsivas caracterizadas por altos niveles de emotividad o coacción social en las que no hay un experto a quien consultar los adolescentes reaccionan de manera más inmadura que los adultos. La inmadurez psicosocial trae como consecuencia el consumo de alcohol, drogas, tabaco, la conducción temeraria o la práctica de sexo sin protección”, comenzó diciendo Lucila Cabanne ante el HCD. La vecina, utilizando la Banca Ciudadana, apuntó que la adolescencia es el paso de la infancia a la edad adulta, y que “la O.M.S estima que es la etapa que va de los 11 a los 19 años. Tiene dos fases: la adolescencia temprana hasta los 14 y la tardía de 15 a 19 años”. “Si tenemos en claro las dos etapas de la adolescencia, es necesario recordar que el vocablo adolescente deriva del latín adolescen, que significa que está en período de crecimiento”, prosiguió. Y se introdujo en lo que motivó que pidiera hacer uso de la Banca del Pueblo, que no fue otra cosa que advertir -según su criterio- de cambios en las conductas sociales de los jóvenes, que en la última década han determinado divertirse en horario nocturno avanzados, “escuchan distintos estilos de música obviamente incentivados por la presión comercial”. “Uno de los ingredientes básicos de la noche es la música, que la colocan a decibeles muy altos que perjudican al sistema auditivo...y por el alto volumen de la música tampoco pueden comunicarse y levantan la voz o gritan para poder comunicarse con los otros, esto produce sequedad de garganta y para contrarrestar esto necesitan beber y lo que hay en esos momentos para beber no es precisamente agua sino alcohol”, advirtió. Cabanne apuntó contra el heavy metal y punk rock como estilos que inducen a la “autodestrucción” y el “abuso de sustancias”. También criticó el uso de “luces psicodélicas” o “estroboscópicas” que a su entender provocan problemas neurológicos. “No entiendo cuál es el propósito de su utilización”, afirmó. La docente jubilada apuntó que sin importar que etapa de la adolescencia están atravesando los jóvenes se juntan para “hacer la previa”, dos o tres horas antes de la apertura del local bailable, y en esas “reuniones” empiezan a beber y fumar, “y el que no quiera hacerlo es llevado por el grupo”, dijo entre lamentos. Más adelante consideró que se debería trabajar en un plan que regule los horarios de la "diversión nocturna”, y que ponga más severos controles a la venta e ingesta de alcohol. La vecina insistió en la necesidad de mayores regulaciones a la vida nocturna de los jóvenes, pero también se permitió sugerir cambios en las posiciones de los padres. Finalmente dijo “es llamativo que en tiempos de la comunicación (los jóvenes) estén incomunicados”, y advirtió que “todos tienen celulares, pero que no se miran, ni se hablan, pasan la mayor parte del tiempo con la mirada puesta en el dispositivo electrónico”.