Miércoles 6 de Diciembre, 07:10

Un francés recuperó emblemático edificio de Basavilbaso

Sociedad | Después de gestionar campos en Normandía y Argentina, Gérard Saussay encontró su hogar en Basavilbaso. Invierte en el antiguo hotel con el objetivo de restaurarlo, preservar su arquitectura y convertirlo en un espacio para reuniones sociales y exposiciones de arte. 


En un giro del destino, Saussay, apasionado por la historia y la arquitectura, adquiere las ruinas del antiguo Hotel Corti en Basavilbaso en octubre de 2013. Desde entonces, a lo largo de una década, ha convertido este edificio centenario en su propio castillo, Le Chateau de Gèrard, enfrentando desafíos utópicos.

Nacido en Francia en 1954, la vida de Gérard Saussay está marcada por la rebeldía y la búsqueda constante de desafíos. Abandonó los estudios a los 17 años para dedicarse a la agricultura y, tras un servicio militar en Berlín, encontró su pasión en el mundo equino, lejos de la comprensión de su historia padre.

Con determinación, alquiló tierras en 1979, enfrentando desafíos sin revelar a su progenitor. Su trayectoria dio un giro en 1985 al trabajar en un haras de caballos de carrera, mejorando su situación económica.

El viaje a Argentina en 1994, inicialmente por placer, se convirtió en negocios al adquirir tierras en Santiago del Estero.

Después de gestionar campos en Normandía y Argentina, Saussay encontró su hogar en Basavilbaso. Invierte en el antiguo Hotel Corti con el objetivo de restaurarlo, preservar su arquitectura y convertirlo en un espacio para reuniones sociales y exposiciones de arte. 

Aunque el lugar parecía imposible de restaurar, en un año y medio, con esfuerzo titánico, Saussay transforma el antiguo hotel en un espacio restaurado, abierto al público en ocasiones.

Su dedicación y amor por preservar lo antiguo reflejan una historia de perseverancia, mostrando que con esfuerzo y dedicación, los proyectos más ambiciosos pueden realizarse.

"Le Chateau de Gèrard" no solo es un inmueble restaurado; es el testimonio de la vida como proyectos y desafíos, una lección que Saussay aprendió y confirmó en Basavilbaso.

Este espacio no solo es un hito arquitectónico, sino también un símbolo de que, con pasión y tenacidad, los sueños más utópicos pueden hacerse realidad.