Viernes 23 de Abril de 2010, 13:56

En las malolientes aguas del Calá aparecieron cientos de peces

| Una vez más en la superficie del histórico arroyo Calá se pueden apreciar cientos de peces muertos que flotan en sus aguas. La situación, que no es nueva, se registra en Rocamora a pocos metros donde funciona la planta de la empresa Manfico S.A señalada como responsable de la contaminación del ecosistema Calá.


En las orillas del Calá el general Justo José de Urquiza -después del pronunciamiento del 1º de Mayo de 1851- estableció su campamento para el ejército con el cual realizó la gloriosa cruzada libertadora entre Rozas y Oribe. Allí se localizó también el polvorín, que el general López Jordán utilizó para organizar las tropas entrerrianas en abril de 1870, -a raíz del asesinato de Urquiza-, para luchar con las fuerzas nacionales que envió el presidente Domingo Faustino Sarmiento a título de intervención, y que tanta sangre estéril debía costar a la provincia en ese triste período de la guerra que terminó en Diciembre de 1876 con la prisión del caudillo revolucionario después del combate de Alcaracito. Según cuenta la historia popular, el indio Calá era un niño Charrua que jugando en las orillas de un arroyo, muy próximo a la localidad de Rocamora, desaparece y es buscado desesperadamente por sus padres que lo encuentran ahogado. Se dice que desde entonces por las noches se escucha una voz que repite "Calá, Calá, Calá". Ese arroyo y todo su ecosistema es desde hace varios años, víctima del volcado de desechos industriales de la planta de la empresa Manfico S.A, instalada a pocos metros del Cementerio del campamento del General Urquiza en la zona de Rocamora (Departamento Uruguay). La compañía que procesa huesos de animales, vísceras, plumas, garras y sangre para elaborar carne harina, materia prima para la fabricación de alimentos balanceados es la principal causa de los males que tiene el paraje según se desprende de un estudio de impacto ambiental realizado -entre mayo a noviembre de 2004-, y que obligó a la compañía a realizar distintas acciones para adecuar sus sistemas productivos y remediar los daños, algo que evidentemente no se cumplimentó ya que desde el 5 de julio de 2009 tienen prohibido el volcado de efluentes líquidos al Calá y se sigue haciendo, la prueba irrefutable es la aparición, en las últimas horas, de un número elevadísimo de peces muertos, de varias especies, mayormente de sábalos. Un equipo de periodistas de RIEL FM recorrió la zona más afectada por la aparición de peces muertos, a la altura del kilómetro 192 de la Ruta 39, entre Basavilbaso y Rocamora, y el mal olor es insoportable, flotan en la superficie una cantidad de peces y en no menor número de los que "pelea" por sobrevivir, algo que difícilmente logren. Calá, Calá, Calá, ¿hasta cuándo?