Sábado 8 de Septiembre de 2007, 16:12

Agrenco, ALL, JBS, Lula y Busti

Simpatías de pol&i | El conflicto con los maestros y la reforma constitucional son el grito del tero: el nido está lejos. La privatización ferroportuaria en Entre Ríos, escondida por el “gobierno” de Jorge Busti, es la nueva versión de la concentración de la economía en la provincia. El negocio de franco-holandeses, japoneses y brasileños está desplazando a las pymes locales y al patrimonio público, e involucra al tren, la soja y los puertos, con extensión hacia futuros biocombustibles, cuando Lula da Silva ya se quedó hace dos meses con la exportación de carnes entrerrianas. Los embarques de grandes volúmenes en la provincia serán manejados por oligopolios, y prometen mayor concentración de las riquezas y consolidación del monocultivo y la uniformidad, con negocios varias veces millonarios en los rubros de mayor valor en el producto bruto local.

Las estadounidenses Monsanto y Cargill son principales beneficiarias del gobierno provincial, con los pooles de siembra de inversores generalmente tan desconocidos como sospechados. Pero la novedad no es esa sino la arremetida concentradora de la propiedad y de los servicios, menemismo de extrema pureza, en plena era supuestamente antimenemista. El potencial del estado (el pueblo organizado, en teoría), permitía avizorar cambios para dar oportunidad a las pymes locales y frenar la dependencia, pero las políticas desarrolladas siguen yendo en sentido inverso, ocultas detrás de cortinas de humo como el tira y afloje con los docentes o la propia reforma de la Constitución, sólo orientada a consolidar el capitalismo expulsor en vigencia. La misma lucha contra Botnia en Gualeguaychú, y hasta la sobreactuación del gobierno en el caso de la desaparición de Fernanda Aguirre, contribuyeron a entretener las miradas, para que el pueblo sacara los ojos de los grandes negocios de pocos, en connivencia con políticos dedicados a amparar a los grandes. [b]Oligopolios crecientes[/b] Oligopolio es la concentración de la oferta de un sector industrial o comercial en un reducido número de empresas. Vale recordarlo, porque la economía de Entre Ríos es principalmente granos y carnes, y ambas actividades están siendo absorbidas en estos días de 2007 por verdaderos oligopolios, y no con la aquiescencia sino con el impulso decidido del “gobierno”. Además de ser principal responsable de la privatización del ferrocarril, la clausura del tren de pasajeros y el cierre de la mayoría de las estaciones en la provincia, este “gobierno” se convirtió en protector de la firma brasileña América Latina Logística -ALL- en todas las ocasiones en que funcionarios públicos nacionales y legisladores o empresarios locales pidieron la rescisión de contratos, basados en incumplimientos acumulados, muy notables algunos. En los últimos meses el gobierno dio una vuelta de tuerca a su estrechísima relación con ALL, y aceptó además que llevara los trenes de carga a un nuevo puerto privado, mientras la empresa negaba ese servicio a Diamante, Ibicuy y Concepción del Uruguay, donde se ubican los puertos públicos. Una multinacional monopoliza la exportación de carnes: JBS, ex Friboi, ex Swift Armour, ex Vizental, en San José. El gobierno de Brasil facilitó, con créditos estatales, la compra del frigorífico entrerriano (Ver recuadro). Eso en carnes, pero véase en los granos: una multinacional estadounidense, Cargill, ya monopoliza el puerto de Diamante. Ahora, un grupo de empresas extranjeras reunidas alrededor de una alianza entre ALL y la firma Agrenco, nacida en Francia y con sede en Holanda, se dispone a monopolizar los embarques en el sur de la provincia. No hay modo ya de sostener el cuento de los “puertos provinciales” porque las políticas van en contrario. En el mismo instante en que los argentinos batían récord de aportes al estado, y el estado los acumulaba para pagar la deuda externa (de orígenes ya reprochados por la justicia), y mezquinaba fondos para inversiones de largo aliento en las provincias, como requería por caso el Puerto Ibicuy después de los robos millonarios flagrantes de los años `90 en ese embarcadero; en ese mismo instante se cocinaba la apropiación de la explotación portuaria en manos extranjeras, sin que el pueblo entrerriano se enterara siquiera, sin darle al pueblo las posibilidades de opinar. [b]Soja-tren-barco[/b] Enormes pooles anónimos estadounidenses, japoneses, brasileños, franceses y holandeses se disputan aquí la explotación del suelo, los granos, las carnes, la madera, las semillas, los agroquímicos, el comercio, las finanzas, los puertos, el ferrocarril. Pero la alianza soja-tren-barco con epicentro en el río Paraná Guazú, a metros de la ruta nacional 12, se convirtió en la novedosa embestida privatista, solapada ahora, en un mega negocio ligado, por lazos insondables, con el proyecto de biocombustibles que desarrollaron firmas multinacionales del primer mundo, y que el “gobierno” provincial presenta como propio ante la sociedad. Sabido es que la estadounidense Cargill ya logró posicionarse, con aprobación política, como única empresa de embarque en Diamante al punto que en algunos de los últimos años el 100 por ciento de las cargas fueron realizadas por Cargill. En otros años varió, en lugar del 100 % cargó el 90 %. Es cierto que el gobierno anunció inversiones en Diamante y también en Concepción del Uruguay, aunque este puerto no funciona desde hace años (salvo para cargas menores sin mayor relevancia si se considera su historia), principalmente porque después de numerosas promesas el gobierno sigue sin dragar el río. En los últimos meses, una excusa que le vino de perillas: los asambleístas de Gualeguaychú no quieren el dragado porque afirman que favorecerá a Botnia. Lo cierto es que, antes de este reclamo, la nación y la provincia ya habían incumplido varias veces sus promesas preelectorales, contra los ruegos de los uruguayenses. También invirtió un millón y medio de pesos en Ibicuy, cuando se sabía que una reactivación real requería de un mínimo de 10 millones, y aunque la llegada de unas pocas embarcaciones sean aprovechadas por la propaganda oficial para mostrar algún movimiento que es insignificante, si se mira el crecimiento de la producción en volúmenes en la última década. [b]¿Qué es Agrenco?[/b] Por motivos insospechados, dos meses antes de las elecciones de marzo pasado el gobierno de la provincia pidió a los empresarios que invirtieron 38 millones de dólares en el río Paraná Guazú que se callaran la boca. Habían dado un primer anuncio de que inaugurarían en febrero, pero luego les pidieron silencio, según fuentes irrefutables, y los empresarios accedieron. Pasadas las elecciones, el gobierno insistió en que se trataba de un emprendimiento de empresarios argentinos, y ocultó nuevamente la verdadera trama del negocio. Pocos medios lo explicaron con alguna consistencia. En abril, el periódico Infocampo informó sobre Agrenco, bajo el título Quién es quién: “El grupo franco-brasileño opera con granos en Brasil y desembarcó en la Argentina el año pasado. La estrategia de la firma se orienta a bajar el grano desde Paraguay y Bolivia hasta el puerto entrerriano de Del Guazú, donde convergería con el grano originado en la zona norte de Buenos Aires. Agrenco es un grupo franco-brasileño (en verdad, tendría sede en Holanda), de relativamente nueva conformación, orientado a los agronegocios. Su líder es el brasileño Antonio Iafelice, quien cuenta con una visión particular del trading de commodities”. Y decía más: “El fuerte de la empresa está en Brasil. Allí movió en 2006 una suma de 1,6 millón de toneladas de soja (contra 1,0 M/t en 2005), originadas en su mayoría en el estado de Mato Grosso, donde opera una red de 11 plantas de acopio. Con una facturación que en 2005 se ubicó en u$s 400 millones, Agrenco se destaca por su interés en la logística y en la integración de alianzas con otras compañías afines”. “Tiene participación mayoritaria en Terlog, una terminal portuaria en San Francisco del Sur, en el estado brasileño de Santa Catarina, y desde donde se embarcaron 2,3 M/t en 2005. En la Argentina han comenzado a operar muy recientemente (la compañía Agrenco Argentina se constituyó en enero de 2006), por medio del puerto Del Guazú SA, en Ibicuy -Entre Ríos-”. [b]El acuerdo con ALL[/b] La información de Infocampo era, por cierto, bastante precisa. “Paralelamente Agrenco cerró un acuerdo a largo plazo con América Latina Logística (ALL), empresa brasileña que tiene en la Argentina los ferrocarriles ALL Central (ex San Martín) y ALL Mesopotámico (ex Urquiza) para mover 600.000 toneladas de granos en 2007 y 1,0 M/T a partir de 2008. El acuerdo implica inversiones de Agrenco en centros logísticos. Así estaría proyectando seis terminales en las localidades de Posadas (Misiones), Salto y Rojas (Bs. As.), Basavilbaso, Villa Domínguez y Villaguay (Entre Ríos)”. Para poner esa información en contexto, hay que decir que el puerto Ibicuy no pasó de entre 60 y 90 mil toneladas por año, y al lado el puerto privado Del Guazú está prometiendo 1 millón de toneladas para 2008, es decir, casi el doble de lo que embarca Cargill en Diamante. “La estrategia del grupo se orienta a bajar el grano desde Paraguay y Bolivia hasta el puerto de Del Guazú, donde convergería con el grano originado en la zona norte de Buenos Aires. Según información oficial de la compañía, el acuerdo apunta a que Agrenco maneje un volumen de 3 M/t de granos en el área de la Argentina y Paraguay. En la Argentina, la empresa tiene su sede en el barrio porteño de Retiro y es liderada por el brasileño Augusto Pires Junior”. “Como referencia en la parte comercial está Luis Gowland, un ex operador de la Asociación de Cooperativas Argentinas, que ingresó a fines de 2006. En el escenario internacional, la compañía tiene una alianza con la japonesa Marubeni; ambas integran la firma Agrenco Bioenergía, dedicada a la construcción de plantas de biodiesel a partir de aceite crudo de soja. La idea es llegar a producir unas 400.000 toneladas de biodiesel anuales”. [b]Tren monógamo[/b] No por casualidad, el periódico El Libertador advirtió semanas atrás que desde el sector productivo de la mesopotamia “denunciaron que la concesionaria brasileña América Latina Logística -ALL- desplazó la carga argentina para atender un convenio millonario con la sojera Agrenco, asumiendo este compromiso sin la ejecución de inversiones necesarias para absorber la demanda en la región”, y añadió que en el país “se aplican las tarifas más caras del mundo”. “Las quejas por el pésimo servicio siempre existieron, al igual que los reclamos por el mantenimiento de las vías que provocan frecuentes descarrilamientos -poniendo en peligro la vida de los pasajeros de El Gran Capitán-; pero los problemas se agudizaron este año. Ahora los productores denuncian que el tren ostenta las tarifas más caras del mundo y se trata de un incremento que se dio de forma abrupta, que repercute negativamente en la economía de la región. Los empresarios consultados recalcaron que la compañía desplazó la atención de la carga de los clientes argentinos para cumplir con un contrato millonario con la sojera brasileña Agrenco y el compromiso con esta firma lo habrían asumido sin haber ejecutado las inversiones necesarias para absorber la significativa demanda que enfrentarían en el volumen de carga desde el NEA… Directivos de ALL sostienen que no hay ningún cambio en el servicio y nada tiene que ver el convenio con Agrenco, lo que pasó fue que la demanda del sector productivo creció superando la oferta disponible de la compañía”, escribió el periódico El Libertador. ALL llegó a Del Guazú antes que a Diamante, Ibicuy y Concepción del Uruguay: el privilegio de los privados es incontrastable, y lo mismo la venia del gobierno. [b]En Basavilbaso y Villaguay[/b] El 14 de agosto tomaba fuerza una novedad de FM Riel, el medio más informado y crítico en torno del ferrocarril: “la fábrica Agrenco de Basavilbaso comenzará a recibir soja este miércoles”, se leía. Decía la información que el centro logístico del grupo franco-brasileño Agrenco, emplazado en Basavilbaso, comenzaría a recibir soja, y tenía previsto acopiar en la zona unas 80 mil toneladas en tres meses. La empresa, que desembarcó en Argentina el año pasado para “bajar” granos desde Paraguay y Bolivia hasta el puerto entrerriano de Del Guazú, hizo importantes inversiones en la zona y funciona desde hace dos meses en Villaguay. Las instalaciones de Basavilbaso son de última generación, con gran operatividad de trasbordo de granos, y en la actualidad cuenta con siete trabajadores en la ciudad, aunque se estima que antes de finalizar el año podría incrementarse a 11… Tienen norias de 240 toneladas horas, plataformas volcables telescópicas, silo de almacenamiento de 10 mil toneladas, silo pulmón de mil toneladas, cuatro norias destinadas en forma lineal, 180 metros de túnel de enlace de descarga vagones y carga camión, dos silos fondo cónico elevado para carga de vagones y tablero totalmente electrónico que permite perfectamente que la operación se realice con un solo operario”, decían los periodistas de FM Riel. [b]Lula exporta carne entrerriana [/b] La brasileña JBS compró este año (a través de su controladora J&F Participacoes SA), la firma Swift después que ésta fuera condenada por tener por lo menos mil empleados irregulares en estados Unidos. Lo que las noticias no han remarcado, es que el estado de Brasil, es decir, el presidente Lula, desembolsó fondos determinantes para que empresarios de su país se pudieran quedar con el negocio en Entre Ríos. Brasil tiene el ferrocarril y el frigorífico, y avanza hacia el control de granos, puertos y biocombustibles. El estado argentino y el estado de Entre Ríos negaron fondos sustanciales para que cooperativistas y pymes locales explotaran el negocio de la carne en Santa Elena y San José. Y así como en Santa Elena le entregaron la explotación a un prontuariado (después de una malversación de 40 millones de dólares del pueblo en la privatización anterior), en San José también frustraron el espíritu cooperativista y entregaron la explotación a una firma estadounidense, hasta que el gobierno de Brasil puso el dinero que mezquinaron los políticos locales, y se quedaron con el monopolio exportador. En concreto, la empresa JBS compró el 100% del paquete accionario de la compañía estadounidense Swift Foods & Company con una inversión total de 1.400 millones de dólares, la mayor parte aportada por el estado brasileño. JBS se convirtió así en el frigorífico más grande del mundo, y controla el ex Vizental entrerriano. El Banco Nacional de Desenvolvimiento Económico y Social (BNDES), una financiera estatal de Brasil, invierte en compañías con fuerte potencial exportador. Una información firmada por Ezequiel Tambornini explicó que a fines de junio pasado “la compañía brasileña JBS S.A., controlante del grupo frigorífico JBS-Friboi anunció una emisión de 227,40 millones de acciones para recaudar un total de 1853,83 millones de reales, de los cuales 1463,55 millones fueron aportados por BNDES Participações (controlada por BNDES). El monto restante fue aportado por J&F Participações S.A. y ZMF Fundo de Investimento em Participações (los dos principales accionistas de JBS). El ingreso de fondos le permitió a JBS contar con el capital necesario para alzarse con la empresa estadounidense Swift & Company por un valor del orden de 1400 millones de dólares”. [b]Los japoneses y el biodiesel[/b] El gobernador Jorge Busti se volcó por la promoción de biocombustibles, en línea con los presidentes de los Estados Unidos, George Bush, y de Brasil Lula da Silva. En pocas semanas abrirá una licitación para financiar un polo oleoquímico. La decisión coincide con los intereses del conglomerado empresario amigo del poder, que acaba de desembarcar en el Paraná Guazú y que concretó acuerdos con multinacionales de los biocombustibles. En una información fechada en Tokio, el 22 de febrero pasado, decía la agencia Efecom: “La empresa japonesa Marubeni anunció hoy la próxima creación de una ‘joint venture’ con la firma brasileña Agrenco para producir combustible vegetal diesel en Brasil a partir del próximo año. La firma nipona pretende aprovechar la creciente demanda en Europa y Brasil de ese tipo de ‘biodiesel’, creado a partir de aceite de las semillas de soja, informó hoy la agencia local Kyodo. La intención de Marubeni es invertir 40 millones de dólares en la empresa de participación conjunta, que se llamará Agrenco Bio-Energia, para contar con una participación del 33 por ciento mientras que el resto estaría en manos de la firma brasileña. Marubeni indicó que el ‘biodiesel’ se creará en una nueva planta en Brasil con capacidad para producir 400.000 toneladas al año de este tipo de combustible vegetal y que el acuerdo será suscrito formalmente este mes. Según Kyodo, se espera que la demanda de este tipo de combustible biológico diesel aumente con fuerza en Brasil en 2008”. Las firmas japoneses Marubeni y Mitsubishi se habían mostrado muy interesadas en el proyecto de reactivación del tren trasandino Central. En el noroeste se informaba que Marubeni era socia, además, del empresario mendocino José Cartellone en la bodega Viñas Argentinas. Sólo por casualidad, y corroborando que “el mundo es un pañuelo”: uno de los tramos de la autopista en la ruta nacional 14 fue adjudicado a la empresa José Cartellone Construcciones Civiles SA, por 228 millones de pesos. Fuente: Daniel Tirso Fiorotto. Semanario Análisis.